A veces nos cuesta ponernos el delantal y entrar en la cocina por miedo a no saber ni por dónde empezar. Es cierto que hay una serie de preparaciones reservadas para los expertos, pero te sorprendería descubrir la gran cantidad de recetas que puedes preparar con un resultado excelente sin necesidad de ser ningún “manitas”. Una de ellas es la tarta de limón sin horno que presentamos hoy.
El camino de entrada a la cocina ha de ser progresivo, y por eso muchos se inician en las artes culinarias, para ser concretos en la repostería, con la receta que te proponemos en este artículo. La tarta de limón sin horno es tan fácil de hacer que hasta un niño lo conseguiría, y más importante aún… se lo pasaría muy, muy bien. Y tú con él o ella.
Si un día pruebas a preparar esta tarta de limón sin horno no solo verás que hacerlo es mucho más sencillo de lo que imaginas, sino que elaborarla te entretiene y te hace sentir realizado. Realmente pocas cosas pueden compararse a la satisfacción que proporciona poner sobre la mesa una creación propia.
Quizá el limón sea el cítrico que más y mejor encaja en la preparación de platos dulces. Por eso se utiliza tanto en este sector de la gastronomía. Te aseguramos que se trata de una receta fácil que situamos dentro de la categoría de tartas frías porque no utilizamos horno. La única precaución que debes tomar es prepararla con suficiente antelación para que haya endurecido antes de sacarla del molde que usarás.
Ahora que ya te hemos recordado lo valioso que es el limón, la segunda cosa que debes tener en cuenta es que, para obtener tanto el mejor sabor como el mayor valor nutricional, los limones que adquieras deben ser de calidad. Eso es algo que está más garantizado en FrutaMare, donde puedes comprar limones frescos y 100% naturales.
Vamos entonces con los ingredientes y la preparación de esta receta de tarta de limón sin horno.
Lista de la compra para hacer Tarta de limón sin horno
Además de comprar limones, que es el ingrediente esencial, hay otros alimentos con los que debes contar para preparar esta tarta de limón sin horno. Aquí te dejamos la lista de la compra, que puede servir para unos 8-10 comensales aproximadamente.
- 250 g de galletas
- 100 g de mantequilla (o 60 g de mantequilla y 40 g de leche condensada)
- 4 limones (el zumo de 2 para el relleno y otros 100 ml para la cobertura)
- 400 g de queso crema
- 300 g de nata para montar
- 6 hojas de gelatina (5 para el relleno y una para la cobertura)
- 200 g de azúcar
- 30 ml de agua
Preparación de la receta Tarta de limón sin horno
Vamos a desglosar la elaboración de la tarta de limón sin horno que te presentamos en tres partes, que se corresponden con la base de la tarta, el relleno y la cobertura.
Aparte de los ingredientes que te hemos indicado en la lista de la compra, también necesitarás un molde desmontable de unos 20 cm de diámetro si es de forma circular. Es el más frecuente.
Por otra parte, te aconsejamos hidratar las láminas de gelatina dejándolas en remojo durante unos cinco minutos, y secarlas bien una vez haya transcurrido ese tiempo.
Puedes realizar múltiples variantes de esta receta de tarta con simplemente cambiar el tipo de gelatina que utilices. Encontrarás diversos tipos en la mayoría de establecimientos.
Buscamos que el limón sea el absoluto protagonista de esta receta de tarta de limón sin horno, por eso además del zumo que añadimos a la cobertura incluiremos un poco de ralladura de limón al decorar la tarta.
Si te sobra algo de tarta, debes saber que esta tarta de limón sin horno aguanta muy bien en el frigorífico unos 4 o 5 días. Lo mismo pasa con la tarta de limón tradicional.
Primer paso:
Empezamos con la base de la tarta. Tritura las galletas con una picadora, un robot o de forma manual. Si escoges la última opción, ayúdate de un mortero o del utensilio que tengas.
Acto seguido habrás de derretir la mantequilla (te recordamos que puedes utilizar una parte de mantequilla y otra de leche, tú decides). Ponla en un recipiente apto para microondas y funde la mantequilla. Unos segundos serán suficientes para conseguir la mantequilla derretida.
Ahora mezcla en un bol las galletas trituradas con la mantequilla, o la mezcla de mantequilla y la leche condensada.
Pasa la mezcla al molde desmontable. Presiona con algún utensilio que tengas, tal vez una cuchara de madera te servirá. El objetivo es que el fondo de la tarta quede compacto y tan liso como sea posible.
Cuando lo tengas, mete el molde en la nevera mientras vas a por el segundo paso.
Segundo paso:
Ahora es el turno del relleno de la tarta.
Pon la gelatina en remojo con agua fría para que se hidrate, y mientras tanto bate la nata en un recipiente ayudándote de unas varillas para montarla. La nata estará montada cuando vuelques el bol y no se mueva.
En otro recipiente adecuado, mezcla la crema de queso con el azúcar. Remueve hasta que se forme una masa homogénea, y luego añade a esta la nata montada. Los elementos han de estar integrados, sin grumos.
Ha llegado el momento de exprimir un par de limones y verter el zumo (alrededor de 80 – 100 ml) en un cazo a fuego medio. Cuando hierva, agrégale unas 5 hojas de gelatina previamente escurrida.
Echa el contenido del cazo en el bol donde tenías la nata, el queso y el azúcar. Agita con unas varillas y acto seguido viértelo todo en el molde desmontable que guardas en la nevera. Vuelve a dejarlo en el frigorífico hasta el día siguiente, o al menos unas cuantas horas, no menos de 6.
Tercer paso:
Ya solo nos queda la cobertura de la tarta fría de limón sin horno.
Empieza lavando los otros dos limones y rallando su piel. Exprímelos para obtener unos 100 ml de zumo.
Echa el zumo de limón con unos 30 ml de agua y 40 g de azúcar en un cazo. Ponlo a calentar a fuego medio. En el momento en que rompa a hervir, añade la hoja de gelatina (hidratada y escurrida como las anteriores) y remueve unos segundos.
Aparta el cazo del fuego y agrega las ralladuras de limón. Remueve un poco para que los sabores se integren.
Saca del frigorífico la tarta en el molde y derrama el zumo con la gelatina de limón y las ralladuras. ¡Cuidado! No vayas a estropear la creación en la fase final. Es mejor que utilices algún utensilio como una cuchara y vayas vertiéndolo sobre la tarta cuajada para que no se te rompa ni cause perforaciones. Si se la pones lentamente, se deslizará por las paredes de la tarta.
Vuelve a introducirla en el frigorífico a la espera de servirla. Esta parte superior de la tarta de limón sin horno tardará unas horas en cuajar. Espera a que hayan pasado otras 6 horas aproximadamente para consumirla. También puedes colocarle mermelada de limón por encima.
Habrás comprobado que esta receta de tarta de limón sin horno es una receta fácil, casi un juego de niños: triturar la mezcla, mezclar el queso, la nata y el zumo de limón, enfriar y adornar. Además, la preparación de esta receta de tarta de limón sin horno no te tomará más de 20 minutos, tal vez 30 si eres muy cuidadoso en la elaboración. Eso es todo, ya que no necesitas hornear.
Pese a su sencillez, esta tarta de limón sin horno ofrece un resultado fantástico. Limón y queso se convierten en protagonistas absolutos, y en nuestra opinión la combinación de ambos sabores es exquisita.
Que se trate de una tarta fría pudiera hacerte pensar que es una refrescante receta para cuando aprieta el calor. Es cierto que estamos ante un postre ideal en los meses de verano, pero también se adapta excelentemente a cualquier otra temporada del año.
Además, esta es una tarta fría fácil pero que luce mucho. Eso significa que quedarás muy bien con tus invitados si se la ofreces, y también si te presentas en cualquier celebración con ella.
Queremos darte un último consejo aplicable a esta y a cualquier otra receta. Conviene que los ingredientes empleados no sufran cambios bruscos de temperatura. En algún caso será inevitable porque la preparación lo requiera, pero en general es mejor que los elabores a temperatura ambiente.
Terminamos como empezamos este artículo: animándote a que lo intentes. Si eres principiante en repostería, lánzate a por esta elaboración de tarta de limón sin horno. Auguramos que será el comienzo de una larga y productiva historia de amor con la cocina.
Tarta de limón sin horno
A veces nos cuesta ponernos el delantal y entrar en la cocina por miedo a no saber ni por dónde empezar. Es cierto que hay una serie de preparaciones reservadas para los expertos, pero te sorprendería descubrir la gran cantidad de recetas que puedes preparar con un resultado excelente sin necesidad de ser ningún “manitas”. Una de ellas es la tarta de limón sin horno que presentamos hoy.
Tipo: Postre
Cocina: Mediterránea
Palabras clave: Tarta de limón sin horno
Rendimiento de la receta: 10 personas
Tiempo de preparación: 5M
Tiempo de cocinado: 35M
Tiempo total: 40M
Ingredientes de la receta:
- 250 g de galletas
- 100 g de mantequilla (o 60 g de mantequilla y 40 g de leche condensada)
- 4 limones (el zumo de 2 para el relleno y otros 100 ml para la cobertura)
- 400 g de queso crema
- 300 g de nata para montar
- 6 hojas de gelatina (5 para el relleno y una para la cobertura)
- 200 g de azúcar
- 30 ml de agua
Instrucciones de la receta:
Primer paso:
Empezamos con la base de la tarta. Tritura las galletas con una picadora, un robot o de forma manual. Si escoges la última opción, ayúdate de un mortero o del utensilio que tengas. Acto seguido habrás de derretir la mantequilla (te recordamos que puedes utilizar una parte de mantequilla y otra de leche, tú decides). Ponla en un recipiente apto para microondas y funde la mantequilla. Unos segundos serán suficientes para conseguir la mantequilla derretida. Ahora mezcla en un bol las galletas trituradas con la mantequilla, o la mezcla de mantequilla y la leche condensada. Pasa la mezcla al molde desmontable. Presiona con algún utensilio que tengas, tal vez una cuchara de madera te servirá. El objetivo es que el fondo de la tarta quede compacto y tan liso como sea posible. Cuando lo tengas, mete el molde en la nevera mientras vas a por el segundo paso.
Segundo paso:
Ahora es el turno del relleno de la tarta. Pon la gelatina en remojo con agua fría para que se hidrate, y mientras tanto bate la nata en un recipiente ayudándote de unas varillas para montarla. La nata estará montada cuando vuelques el bol y no se mueva. En otro recipiente adecuado, mezcla la crema de queso con el azúcar. Remueve hasta que se forme una masa homogénea, y luego añade a esta la nata montada. Los elementos han de estar integrados, sin grumos. Ha llegado el momento de exprimir un par de limones y verter el zumo (alrededor de 80 - 100 ml) en un cazo a fuego medio. Cuando hierva, agrégale unas 5 hojas de gelatina previamente escurrida. Echa el contenido del cazo en el bol donde tenías la nata, el queso y el azúcar. Agita con unas varillas y acto seguido viértelo todo en el molde desmontable que guardas en la nevera. Vuelve a dejarlo en el frigorífico hasta el día siguiente, o al menos unas cuantas horas, no menos de 6.
Tercer paso:
Ya solo nos queda la cobertura de la tarta fría de limón sin horno. Empieza lavando los otros dos limones y rallando su piel. Exprímelos para obtener unos 100 ml de zumo. Echa el zumo de limón con unos 30 ml de agua y 40 g de azúcar en un cazo. Ponlo a calentar a fuego medio. En el momento en que rompa a hervir, añade la hoja de gelatina (hidratada y escurrida como las anteriores) y remueve unos segundos. Aparta el cazo del fuego y agrega las ralladuras de limón. Remueve un poco para que los sabores se integren.
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