Queremos contarte el origen de la naranja. Una de las frutas exóticas más extendidas en el mundo. No podía ser de otra manera, su pulpa jugosa, sabor cítrico y olor característico la catalogan como uno de los manjares más auténticos, además de ser considerada el mejor antioxidante natural gracias a su contenido de Vitamina C. Proviene de un árbol frondoso de verdor perenne llamado naranjo dulce (Citrus sinensis), que tiende a cultivarse a gran escala industrial o como parte de los huertos domésticos de quienes disfrutan de un amplio terreno en sus hogares y desean tener a la mano sus propias naranjas. Esta es una de las mayores virtudes de este árbol, la nobleza de su cultivo y producción no requiere de grandes tratamientos especiales ni costosos, solo paciencia y dedicación para ver sus frutos crecer.
Pero, ¿qué hace a la naranja tan especial y por qué comprar naranjas está de moda? Es uno de los frutos que tiene menos desperdicios a la hora de ser consumido. Y es que, no solo el zumo de naranja es ideal para acompañar desayunos, refrescarnos o combinarlo con otras bebidas; su pulpa puede comerse directamente como merienda y gracias a su versatilidad también se adapta a recetas dulces y saladas otorgando una explosión de sabor indescriptible al paladar. Pero su utilidad no termina ahí, la cáscara de naranja resulta de gran provecho como recurso doméstico de múltiples aplicaciones que van desde ser usada como repelente para mosquitos y ambientador natural hasta tratamientos caseros para cuidados de la piel y belleza en general.
Sin embargo, a pesar de ser una de las frutas más populares del mundo por las ventajas de su consumo, propiedades y beneficios, es muy poca la importancia que se le da a la naranja y su origen. Por eso, desde FrutaMare queremos revelarte el trayecto que ha experimentado esta fruta a lo largo de la historia de la humanidad para complacer nuestros paladares hoy en día.
Origen de la Naranja y producción
El origen de la Naranja: una frase que poco pasa por la mente cuando probamos esta deliciosa fruta o nos complacemos con su refrescante zumo. Por si no lo sabes, el origen de esta fruta recorre unos 20 millones de años y se inicia en el continente asiático específicamente de Pakistán, India, Vietnam y Sur de China. De esta última región se tiene registro en el siglo XXIII a. de C. que el Emperador Ta-Yu solicitaba entre sus impuestos la entrega de variedades grandes y pequeñas de esta fruta. Ahora bien, según la etimología, la palabra “naranja” deriva del sánscrito, una de las lenguas más antiguas de la India donde era conocida como nâranga. Posteriormente, el término fue adoptado en la Península Arábiga como naranj y más adelante en Francia se denominó naurange por los provenzales antiguos. La adaptación de la palabra original a los diversos idiomas llegó al inglés donde es conocida como orange, mientras que en español se denomina naranja. Incluso, en algunos idiomas del mundo son reconocidas como “manzana china” y al naranjo se le atribuye el nombre de “árbol de las manzanas de oro”.
Este fruto milenario formó parte de grandes obras como “El Banquete” de Platón entre los años 385–370 a. C de donde proviene el mito de “la media naranja”. De igual forma, la mitología griega hace referencia a un hermoso jardín de árboles con manzanas de oro custodiado por ninfas. Las flores blancas del naranjo, conocidas como azahar también forman parte de la historia de esta fruta, y es que, durante la Edad Media eran símbolo de castidad y fecundidad, por tanto, no podían faltar en las celebraciones matrimoniales. Es evidente que la naranja ha estado en el mundo desde épocas ancestrales.
La naranja en tierras europeas
La llegada de la naranja al continente europeo es una etapa que definió su popularidad en estas tierras y existen varias teorías de este hecho. La que más toma fuerza es la protagonizada por los árabes, a quienes se les atribuye la idea de traerla hacia el occidente. La historia reseña que fue Vasco de Gama, un marinero de origen portugués quien en 1520 durante su recorrido por la ruta marítima descubrió este fruto amargo (Citrus aurantium) y lo introdujo a Europa por la Península Ibérica. Luego, Colón y el resto de españoles que lo acompañaron en su expedición, fueron los responsables de llevar semillas de agrios incluidos el naranjo para sembrar en tierras americanas.
Sin duda, el transporte marítimo fue el medio de expansión de esta fruta, y en este escenario los marineros sufrían enfermedades devastadoras, siendo el escorbuto la más crítica y que derivaba de la carencia de Vitamina C en el organismo tras largos meses de travesía en el mar. Es en esa época cuando James Lind, médico de origen escoces a bordo del buque Salisbury pudo observar de cerca cómo afectaba la enfermedad a la tripulación entre 1746-1747, es allí cuando decide realizar los primero ensayos clínicos siendo el zumo de naranja y otros cítricos los que sentaron las base de la cura.
Variedades de naranjas dulces
A nivel científico, se ha determinado que el árbol de naranjo dulce resulta de una hibridación entre las especies Citrus maxima (limonzón o pamplemusa) y Citrus reticulata (mandarina), en estos proceso también intervienen otras especies como Citrus medica (cidro) y Citrus aurantium (naranjo amargo). Cabe destacar que estos híbridos son el resultado de mutaciones espontáneas de la naturaleza, de procesos de selección natural, y en los últimos tiempos, de la manipulación científica y tecnológica por parte del hombre. Entre las variedades de naranjas dulces más populares tenemos:
Naranja navel o naranja de ombligo: Procede de una mutación ocurrida en un huerto de producción de naranjas en Brasil dando como resultado frutas que en su parte inferior desarrollaban otra pequeña naranja atrofiada que tomaba el aspecto de un ombligo. Resulta una de las preferidas por consumidores y cultivadores gracias a sus propiedades organolépticas. En esta categoría destacan la navel lane late, Washington, Leng, Navelina, Fishe, entre otras.
Naranja pérsica: Su cultivo predomina en el Sur de Europa y fue traída en el siglo XV por los portugueses desde China para sustituir la naranja amarga que ya existía en este continente. Esta fue la variedad de naranja que llegó al Caribe y Haití de la mano de Colón y su tripulación.
Naranja blanca: Esta variedad es la más reconocida por la cantidad de zumo que puede ofrecer, y además, posee muy pocas semillas. En este grupo destaca la naranja Valencia Late y la Salustiana cuyos cultivos son propios de la Comunidad Valenciana en España. Pero estas no son las únicas, otras variedades de naranja blanca incluyen la Valencia Delta Seedless, la Barberina o la Valencia Midknight Seedless.
Naranja Sanguina: También conocida como naranja de sangre, destaca por su piel dura y es muy peculiar por el color rojizo o borgoña de su pulpa jugosa y blanda. Es muy reconocida por sus propiedades cardioprotectoras, además de su alto contenido de Vitamina C.
Naranja Kumquat: Conocida por los europeos como naranja china enana, tiene forma ovalada, con una longitud entre 3 a 5 cm y un peso que no supera los 20 gr. Sus semillas son pocas o ausentes; además, su corteza es dulce y la pulpa algo ácida. Uno de los rasgos distintivos de esta variedad es que la corteza se puede consumir, por eso es la preferida de platos atrevidos en combinación con diferentes tipos de carnes.
Producción de naranjas
Las tres principales potencias que destacan en el mercado mundial son Brasil, China y Estados Unidos. Sin embargo, España se posiciona con robustez gracias al arduo trabajo de los agricultores que se han expandido en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía siendo consideradas las zonas de mayor producción con una capacidad de manufactura que no piensa declinar. Otros países que se sitúan entre los primeros lugares son México, India, Irán, Italia y Egipto.
Es preciso mencionar que a pesar de que existen diversas variedades de naranjas, el árbol requiere de ciertas condiciones específicas para un cultivo de provecho. Esto se debe a que es una especie subtropical, por tanto, no sobrevive a temperaturas por debajo de -3ºC ni a grandes heladas. Requiere de un suelo profundo y permeable donde el árbol pueda anclarse sin inconvenientes y de un ambiente húmedo donde son imprescindibles las precipitaciones para su crecimiento, de lo contrario, se debe sustituir con un sistema de riego óptimo.
Además de estas condiciones, la luz solar es indispensable para su floración y posterior fructificación. De esta forma se garantiza el proceso de maduración y comercialización de las naranjas, además de mantener sus propiedades organolépticas y conservar intacto su valor nutricional cargado de vitaminas, minerales , fibra, aceites esenciales y flavonoides necesarios para cumplir con diferentes funciones metabólicas.
Quién podría resistirse al sabor dulce y refrescante de la naranja, esa fruta que ha formado parte del día a día por generaciones. Y es que, no solo cautiva nuestro paladar, ya que si de atributos se trata, su potencial nutritivo es uno de los más completos dentro de la categoría de cítricos. Al igual que con las propiedades del mango, la Vitamina C cumple un papel protagónico como antioxidante natural capaz de fortalecer el sistema inmunológico y favorecer la absorción de minerales indispensables como el hierro. Otra de las virtudes de las naranjas es su contenido de fibra soluble que favorece el tránsito intestinal y protege contra el estreñimiento.
Su consumo ofrece minerales naturales como ácido fólico, betacaroteno, calcio, potasio, magnesio, fósforo, entre otros. De igual forma es una fuente importante de flavonoides, responsables de bloquear el efecto de agentes nocivos y preservar la integridad celular.
Sin duda, la trayectoria de este fruto a lo largo de la historia no ha sido en vano, sus orígenes sentaron las bases para su reconocimiento a nivel mundial, siendo uno de los cítricos más imponentes no sólo por la versatilidad de su uso, sino también por el peso de su comercialización en el mercado mundial.