La mermelada es uno de esos complementos que no pueden faltar en casa, ya que con ella se da un toque extra de sabor a cualquier plato. Sin embargo, hay que evitar las mermeladas procesadas que distan mucho de ser un producto saludable. Es este artículo te vamos a enseñar a hacer mermelada de naranja sanguina.
Lo recomendable es elaborar tu propia mermelada, especialmente tras comprar naranjas sanguinas frescas, recién cortadas del campo como las que recolectamos exclusivamente para ti, para mantener cada gramo de sus múltiples nutrientes.
Comprar naranjas sanguinas es una de las mejores formas de nutrir y cuidar la salud. Para capturar su exquisito sabor, así como su brillante color, lo ideal es conservarla preparando una deliciosa mermelada de naranja sanguina.
Así, podrás extender al máximo los grandes beneficios de esta fruta que está repleta de vitaminas, B y C; minerales esenciales, como el potasio, ácido fólico, magnesio; compuestos antioxidantes, entre ellos la crisantemina, ácido hidroxicinámico, cafeico y ferúlico; y fibra.
Preparar mermelada de naranja sanguina es fácil, pues su profundo sabor no requiere de muchos complementos para tener un gran resultado. Prepárate para poner manos a la obra y déjate seducir por la jugosidad y frescura.
Mermelada de naranja sanguina
Advertencia: ¡No necesitas ser un experto en la cocina, tras comprar naranjas, pon una cucharada extra de paciencia para permitir que esta fruta libere todo su sabor!
- 500 gramos de naranjas sanguinas.
- 1 limón.
- 450 gramos de azúcar (puedes usar menos si lo deseas).
- 3 o 4 tiras de piel de naranja sanguina.
Preparación de la receta Mermelada de naranja sanguina
Si ya has preparado mermelada de naranja, alístate para sumar a tus comidas toda la versatilidad que es capaz de dar la mermelada de naranja sanguina; además de usarla sobre pan, es deliciosa con carnes, pollo, mariscos; sobre helados, tartas, sándwiches; y hasta en salsas o aderezos.
Y es que las posibilidades son casi infinitas al tratarse de una fruta tan única y especial, que despide increíbles notas de frutos cítricos y nunca deja de sorprender con su amplia gama de colores que sale a relucir de su interior.
Lo mejor es que no tendrás que preocuparte por el envasado de tu mermelada de naranja sanguina, basta con un par de tarros de vidrio debidamente esterilizados para poder conservarla durante varias semanas en tu nevera, e incluso durante meses si la congelas.
Primer paso
Tal como sucede en la receta que te compartimos de mermelada de ciruela, siempre hay un ingrediente protagonista y aquí lo principal es que te asegures de comprar naranjas sanguinas de la mejor calidad, lo más frescas y coloridas posibles. Necesitarás entre 6 y 10 piezas, lo equivalente a 500 gramos, sin cáscara.
Escoge las naranjas sanguíneas que tengan su cáscara brillante, en lugar de las de color claro y cáscara áspera, pues serán mucho más jugosas.
Posteriormente, tienes que asegurarte de mantener en todo momento la salubridad de los ingredientes, sobre todo si piensas almacenarla durante varias semanas. Limpia las naranjas y el limón preferentemente con agua caliente y para ayudarte utiliza un cepillo pequeño.
Segundo paso
Después de lavar las naranjas y el limón, es hora de secarlos con una toalla absorbente o paño de tela. Este es un proceso crucial para continuar con la elaboración de la mermelada de naranja sanguina, antes de proceder a separar la piel de la parte blanca.
Este paso es muy importante para evitar que tu mermelada quede amarga, resaltando en su lugar toda la dulzura de comprar naranjas sanguinas; tu objetivo debe ser retirar solo la piel, además de las semillas, y para ello puedes utilizar un rallador pequeño, verás que así te será mucho más fácil que usar un pelador de verduras. Haz lo mismo con el limón y, después, corta en tiras la cáscara de las naranjas.
Para continuar, corta la parte superior e inferior de cada naranja pelada; corta cada una por la mitad y retira el corazón (que también es de color blanco) de su centro. Rebana en trozos grandes el cuerpo restante de las naranjas y reservar su jugo en un recipiente.
Tercer paso
En una olla de tamaño medio, coloca las naranjas previamente cortadas. Agrega el zumo del limón, las cáscaras que reservaste y los 500 gramos de azúcar. Mezcla perfectamente y coloca la cacerola en la estufa hasta alcanzar el punto de ebullición durante un par de minutos. Remueve de forma constante.
Otra alternativa, en lugar de poner la olla al fuego, es colocar la mezcla en un recipiente apropiado para microondas durante 3 minutos (a potencia alta), o por el tiempo necesario hasta que el azúcar se fusione con el resto de los ingredientes.
Una vez la mezcla haya hervido, retira la olla del fuego y deposita el contenido en un recipiente donde lo pondrás en refrigeración durante toda la noche.
Cuarto paso
Saca la mezcla del refrigerador y colócala nuevamente en una olla que pondrás al fuego. Esta vez primero cocina la mezcla a fuego fuerte y, posteriormente, cambia a fuego lento, dejándola cocinar despacio hasta conseguir una textura espesa.
Si quieres conseguir mayor espesor, lo recomendable es poner a reposar la mezcla una segunda noche en el frigorífico; para al tercer día colocar la mermelada nuevamente en la olla al fuego, dejándola hervir durante 10 minutos, revolviendo constantemente.
Para darle un sabor más gourmet, puedes agregar a tu mezcla un poco de mermelada de ciruela que será el cierre de broche de oro de tu preparación.
Ahora, únicamente te quedará envasar en tarros esterilizados de vidrio. Cuando la mezcla esté dentro de los tarros, dales la vuelta y déjalos reposar así, sin moverlos, por 24 horas.
Así de sencillo es hacer mermelada de naranja sanguina casera; ya que conoces los pasos para elaborarla, llegó tu momento de disfrutar de esta fruta única que solo está disponible durante una corta temporada al año, ¡no te pierdas la oportunidad de conocerla y de alimentarte con sus nutrientes de la manera más deliciosa posible! ¡Bon appétit!
Mermelada de naranja sanguina
La mermelada es uno de esos complementos que no pueden faltar en casa, ya que con ella se da un toque extra de sabor a cualquier platillo. Sin embargo, hay que evitar las mermeladas procesadas que distan mucho de ser un producto saludable.
Tipo: Postre, Desayuno, Merienda
Cocina: Mediterránea
Palabras clave: Mermelada de naranja sanguina
Rendimiento de la receta: 4 personas
Tiempo de preparación: 5M
Tiempo de cocinado: 55M
Tiempo total: 60M
Ingredientes de la receta:
- 500 gramos de naranjas sanguinas.
- 1 limón.
- 450 gramos de azúcar (puedes usar menos si lo deseas).
- 3 o 4 tiras de piel de naranja sanguina.
Instrucciones de la receta:
Primer paso:
Tal como sucede en la receta que te compartimos de mermelada de ciruela, siempre hay un ingrediente protagonista y aquí lo principal es que te asegures de comprar naranjas sanguinas de la mejor calidad, lo más frescas y coloridas posibles. Necesitarás entre 6 y 10 piezas, lo equivalente a 500 gramos, sin cáscara. Escoge las naranjas sanguíneas que tengan su cáscara brillante, en lugar de las de color claro y cáscara áspera, pues serán mucho más jugosas. Posteriormente, tienes que asegurarte de mantener en todo momento la salubridad de los ingredientes, sobre todo si piensas almacenarla durante varias semanas. Limpia las naranjas y el limón preferentemente con agua caliente y para ayudarte utiliza un cepillo pequeño.
Segundo paso:
Después de lavar las naranjas y el limón, es hora de secarlos con una toalla absorbente o paño de tela. Este es un proceso crucial para continuar con la elaboración de la mermelada de naranja sanguina, antes de proceder a separar la piel de la parte blanca. Este paso es muy importante para evitar que tu mermelada quede amarga, resaltando en su lugar toda la dulzura de comprar naranjas sanguinas; tu objetivo debe ser retirar solo la piel, además de las semillas, y para ello puedes utilizar un rallador pequeño, verás que así te será mucho más fácil que usar un pelador de verduras. Haz lo mismo con el limón y, después, corta en tiras la cáscara de las naranjas. Para continuar, corta la parte superior e inferior de cada naranja pelada; corta cada una por la mitad y retira el corazón (que también es de color blanco) de su centro. Rebana en trozos grandes el cuerpo restante de las naranjas y reservar su jugo en un recipiente.
Tercer paso:
En una olla de tamaño medio, coloca las naranjas previamente cortadas. Agrega el zumo del limón, las cáscaras que reservaste y los 500 gramos de azúcar. Mezcla perfectamente y coloca la cacerola en la estufa hasta alcanzar el punto de ebullición durante un par de minutos. Remueve de forma constante. Otra alternativa, en lugar de poner la olla al fuego, es colocar la mezcla en un recipiente apropiado para microondas durante 3 minutos (a potencia alta), o por el tiempo necesario hasta que el azúcar se fusione con el resto de los ingredientes. Una vez la mezcla haya hervido, retira la olla del fuego y deposita el contenido en un recipiente donde lo pondrás en refrigeración durante toda la noche.
Cuarto paso:
Saca la mezcla del refrigerador y colócala nuevamente en una olla que pondrás al fuego. Esta vez primero cocina la mezcla a fuego fuerte y, posteriormente, cambia a fuego lento, dejándola cocinar despacio hasta conseguir una textura espesa. Si quieres conseguir mayor espesor, lo recomendable es poner a reposar la mezcla una segunda noche en el frigorífico; para al tercer día colocar la mermelada nuevamente en la olla al fuego, dejándola hervir durante 10 minutos, revolviendo constantemente. Para darle un sabor más gourmet, puedes agregar a tu mezcla un poco de mermelada de ciruela que será el cierre de broche de oro de tu preparación. Ahora, únicamente te quedará envasar en tarros esterilizados de vidrio. Cuando la mezcla esté dentro de los tarros, dales la vuelta y déjalos reposar así, sin moverlos, por 24 horas.
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