La luz del sol, el mar, la fiesta y el fuego, la gastronomía… Pocas cosas son tan genuinamente nuestras, tan genuinamente mediterráneas como las naranjas. El Mediterráneo no solo da nombre a nuestro mar ni define a los lugares a los que baña, también influye en nuestra manera de ser y en nuestras costumbres.
¿Eres capaz de imaginar el día a día sin incluir ese sonido tan característico del exprimidor, sin ver una naranja partida sobre la mesa? De niños hasta abuelos, para todo tipo de personas las naranjas en España forman parte del imaginario popular, de aquellas cosas que hacemos casi sin pensar porque no nos imaginamos sin ellas.
Para darle a la naranja el valor que merece tienes que consumir la que cada temporada te ofrece, ya que la tierra es sabia y no es casualidad que cada una de ellas nazca en un momento determinado. La temporada de naranjas en España en cuanto a recolección y posterior consumo de esta fruta, especialmente típica de la zona de Valencia, abarca generalmente de principios de noviembre hasta finales de junio, dando paso al verano.
Pese a eso, no podemos decir que haya una sola época de la naranja en España, ya que en cierta manera todas lo son. Si bien es cierto que es durante los meses de la recolección de cada variedad cuando mayor beneficio nutricional podemos sacar de cada tipo de naranjas.
Y lo mejor es que en cada estación del año se realzan determinadas variedades de naranjas, que cumplen un propósito específico durante su temporada: a finales del otoño y en invierno son ideales, como ya sabes, para curar los resfriados, mientras que en primavera y verano te refrescan a la vez que te dan energía. ¿Cuándo te gusta más consumirlas a ti?
Temporada Naranjas: Calendario
Tan cierto como que la naranja nunca falta es que nunca es la misma. No solo hablamos de apariencia y matices en su sabor, también de variedades. Navelinas, lisas, blancas, sanguinas… Cada una de ellas cuenta con características específicas que no solo permiten su diferenciación, sino que te dan la oportunidad de encontrar la variedad de naranja que más se ajusta a tus gustos y necesidades, por sus propiedades particulares.
Las diferentes estaciones del año potencian una determinada variedad en función de la temporada de cada naranja en cuanto a periodo de recolección y momento álgido para su consumo, aunque algunas de ellas puedes disfrutarlas a la vez. ¿Por qué consumirlas en su momento? Porque, respetando los ciclos de la naturaleza y la recogida de naranjas, ni sabor ni propiedades son los mismos fuera de temporada. Por eso ahora vamos a hablarte del cuándo y el porqué de cada variedad de naranja.
Naranja Navel
La naranja Navel es la primera en recolectarse, y por eso debía ser el primer tipo de naranja en esta lista. Aunque hay muchos otros motivos por los que colocarla en una buena posición: probablemente la conozcas por ser la variedad de naranja cuyo jugo es más dulce, pero lo cierto es que se puede decir mucho más de esta naranja.
Las identificas por su forma chata y su ombligo – de ahí su nombre, que hace referencia a la palabra inglesa para “ombligo” –, por su ausencia de semillas o su facilidad para extraerles la piel, y las encuentras tanto como reluciente fruta de mesa por su belleza estética como en zumo por su delicioso sabor dulce. La temporada de estas naranjas empieza desde septiembre-octubre, que es cuando empiezan a recolectarse, y puedes consumirlas hasta junio.
Su familia está formada por varias naranjas con características específicas, una de ellas la considerada como una de las mejores naranjas del mundo, la Nave Late. Es autóctona de la Comunidad Valenciana. Siempre que puedas, opta por ella. La familia sigue haciéndose grande con las estadounidenses naranjas navelinas y Washington – la más vendida – o la australiana Lane Late. Esta última sobresale por su calidad y por su amplio periodo de recolección, lo que permite disfrutar de su gran cantidad de zumo dulce de enero a mayo.
Todas ellas son especialmente recomendadas para diabéticos por su índice glucémico bajo. ¿Y qué hay de las demás personas? Por supuesto también podemos beneficiarnos de ellas por su poder para mejorar el sistema cardiovascular y el aparato renal gracias a su alto contenido en potasio, ácido fólico y vitamina B9. Además de, como es obvio, vitamina C, presente en todas estas frutas.
Naranjas lisas
Las reconoces por su forma mediana o grande pero siempre achatada y por su color, que puede ir del amarillo hasta el naranja intenso. Su cantidad de semillas varía en función de la variedad de naranja lisa dentro de esta familia, lo mismo que su capacidad para exprimirlas y hacer zumo con ellas.
Su acidez es inferior a la de otras variedades de naranjas, lo que lleva a que su sabor sea muy dulce, pese a lo cual solo contienen 37kcal por cada porción de 100gr. En cuanto al resto de valores nutricionales, conviene recordar que este tipo de naranja tiene un porcentaje altísimo de potasio (200mg), y también provitamina A (49 mcg), ácido fólico (38,7 mcg) y magnesio (15,2 mg). Y, como ya te imaginas, falta sumarle la siempre presente vitamina C (50,6 mg).
Esta vitamina es esencial en todas las etapas de la vida, sobresaliendo durante la etapa del crecimiento, cuando se están formando los huesos, los glóbulos rojos o los dientes. Igual de vital es durante la etapa del embarazo, cuando la vitamina C contribuye a formar el colágeno del feto y a propiciar la absorción del hierro, tan necesario para prevenir la común anemia ferropénica.
Dos de las variantes principales entre las naranjas lisas son las Barberinas y las Delta Seedless. El primer tipo apareció a mediados del s. XX y, aunque es muy cultivado en la Comunidad Valenciana, su origen es americano, concretamente en California. Allí nacen estas naranjas tempranas de pocas semillas, cuya cultivación va de enero a abril. En cambio, las Delta Seedless se consideran de las más tardías: la temporada de esta naranja se extiende hasta finales de junio. También difieren de las primeras en su enorme resistencia, lo que hace que sean las candidatas idóneas para ser exportadas a otras zonas.
Naranjas blancas
Conocida por muchos como la reina de los zumos, la naranja blanca se caracteriza por su gran cantidad de jugo dulce, ideal para ser exprimido. Eso no significa que no pueda funcionar bien como fruta de mesa, ya que la sensación es espectacular en la boca tras cada mordisco. Esta variedad es el primer tipo de naranja que apareció a nivel mundial, siendo reconocida por los cultivadores como una naranja sin ombligo – lo que la diferencia de las naranjas Navel – y con muy pocas semillas.
Hablando de beneficios, tenemos que destacar que, al tener mucho jugo, estas naranjas son especialmente indicadas para prevenir cálculos renales. Esto es así porque el zumo que guardan en su interior contiene grandes cantidades de una sustancia química llamada citrato, una de cuyas propiedades es la de unirse con el calcio antes de que se puedan formar los mencionados cálculos, evitándolos. Esta excelente y curiosa propiedad se une al resto de los nutrientes de las naranjas, entre los que se incluyen los ácidos málico, oxálico, tartárico y cítrico, encargados de potenciar la acción de la vitamina C y valiosos por ser potentes desinfectantes.
Volvemos a tener suerte en lo que a naranjas en España se refiere, ya que algunas de las variedades de este tipo de naranja son autóctonas de la zona de Valencia. Una de ellas es la Valencia Late, una naranja que da gran cantidad de jugo de mucha calidad por su baja presencia de limonina. También destaca la naranja Salustiana, una variante muy valiosa ya que conserva sus propiedades con el paso del tiempo. Además, da un zumo dulce y poco ácido.
Puedes disfrutar de ellas y del resto de naranjas de la familia de las naranjas blancas en los meses que van de marzo a junio, los que forman la temporada de esta naranja. En este sentido sobresale la naranja Valencia Late por sus excelentes condiciones comerciales, ya que aguanta varios meses en el árbol sin perder calidad.
Naranjas sanguinas
Su nombre lo dice todo. La naranja roja o sanguina se caracteriza por contar con una pulpa de color rojo oscuro que le da entidad a esta variedad, pudiendo tener un tono rojizo también en su corteza. Este tipo de naranja aparece como una mutación de la naranja dulce tradicional y se transforma hasta tener un intenso sabor agridulce y ligeramente ácido, lo que la convierte en la candidata perfecta si lo que buscas son sensaciones más fuertes en la boca.
Además, sus especificidades le otorgan características singulares entre el resto de variedades de naranjas. Por ejemplo, las naranjas sanguinas contienen propiedades antioxidantes gracias a la presencia de antocianinas. Estos pigmentos hidrosolubles luchan contra el estrés oxidativo y previenen algunos tipos de cáncer, entre otras muchas enfermedades.
Como el resto de naranjas, por supuesto también contiene vitaminas C, A, potasio y ácido fólico, o una alta cantidad de fibra. Estas propiedades las comparten las tres variantes de las naranjas sanguinas: las Sanguinelli, reconocibles por su ausencia de semillas y su sabor agridulce, las Moro, con un sabor más fuerte y un olor más intenso, y las Tarocco, que pueden presumir de tener el mayor contenido en vitamina C de todas las variedades de naranja cultivadas en el mundo.
Por todo ello, la naranja roja es una variedad tan buscada como poco cultivada. Esta realidad confiere aún más valor si cabe al hecho de que este tipo de naranja pueda conseguirse en la Comunidad Valenciana. Allí saben muy bien que la singularidad de este cítrico lo hace idóneo para formar parte de ensaladas y acompañar otros platos. Si quieres empezar a incluirlas en los tuyos, debes saber que la temporada de esta naranja va de enero a marzo y se alarga hasta junio en el caso de las naranjas tardías de esta variedad, meses durante los cuales puedes disfrutar de ellas en condiciones óptimas.
A veces buscamos en la química elaborada en laboratorios aquello que ya nos ha ofrecido desde siempre la naturaleza. La naranja ha demostrado ser un alimento perfecto en todos sus tipos y variedades, tanto por su excelente sabor como por su aporte nutricional, con cada uno de los beneficios que garantiza a nuestra salud.
Consumir naranjas de temporada no solo te permite adquirir cada variedad al mejor precio posible y en su estado óptimo, sino que haciéndolo respetas el ciclo de la naturaleza. Además, también favoreces el comercio local y potencias la sostenibilidad al apostar por frutas de proximidad que no han pasado por procesos de almacenamiento y transporte, evitando la consiguiente necesidad de mantener las naranjas en cámaras frigoríficas.
Así pues, ¿cómo sabemos si la naranja que encontramos, además de ser de temporada y de proximidad, está lista para su consumo? El mecanismo de comprobación es el mismo que usan los recolectores para saber si ya ha llegado el momento de recoger las naranjas de cada variedad del árbol: Si ves que el tono de la naranja que tienes en tus manos es intenso y, al partirla y probarla, notas su sabor poco ácido, es el momento ideal para consumirla.
En definitiva, estamos tan acostumbrados a tenerlo todo siempre a mano que a veces se nos olvida la importancia de alimentarnos como lo hacían nuestros abuelos: consumiendo productos de temporada y respetando lo que cada alimento nos ofrece en cada momento.
