¿De dónde salen las piñas?. Un sabor dulce y exótico con atractivo aroma es la carta de presentación de una de las frutas más cotizadas del mundo; se trata de la piña, también conocida como ananá o ananás. Y es que, la versatilidad que ofrece este manjar natural la convierte en un excelente aliado en la gastronomía al ser un ingrediente amigable tanto en platillos dulces como salados.
No obstante, al ser una fruta de reconocimiento mundial, muchos son los que se preguntan de dónde salen las piñas, y la respuesta está ligada a sus orígenes. Ananas comosus es el árbol de la piña como se llama a nivel científico, es autóctono del continente suramericano, forma parte de la familia de las bromeliáceas y su crecimiento se da sobre suelo firme en una planta vivaz o perenne, término asignado a aquellas plantas que suelen vivir por un período mayor a dos años.
Luego de saber de dónde nacen las piñas, es de interés conocer que el fruto recolectado es muy versátil, además es reconocido en la medicina natural por sus propiedades y beneficios al organismo. No podía ser de otra forma, la piña está cargada de minerales y vitaminas indispensables que favorecen las funciones metabólicas, además, su sabor es inigualable, por lo que se ajusta muy bien a los paladares de grandes y pequeños.
Ahora bien, la llegada de la piña a nuestras tierras, data de la época de los conquistadores nativos de España y Portugal quienes, en su recorrido por América, conocieron de esta exótica tentación y la llevaron a suelo europeo logrando posicionarse como una de las principales protagonistas en los grandes banquetes reales. Pero, su presencia no solo se limitó a este clase social, gracias a la propagación de sus cultivos, es muy común visitar la tienda con todos los productos y encontrar piñas jugosas a disposición de los consumidores. Si deseas saber todos los detalles de este manjar tropical, no puedes perderte lo que viene a continuación.
¿De dónde salen las piñas?
Esta planta perenne que surge en tierra firme, se caracteriza por presentar hojas rígidas, largas, lanceoladas y con pequeñas espinas que recorren sus bordes, tienen forma de roseta y pueden alcanzar hasta 1 metro de largo.
La concavidad es característica de este tipo de plantas, y la intención de esta forma natural al igual que otra fruta y verdura, es permitir el paso del agua de lluvia o de los sistemas de riego hacia la roseta, favoreciendo el crecimiento de su única fruta en el centro y esto ocurre una vez al año. La piña crece recubierta de una piel gruesa y áspera con puntos espinosos y en su extremo superior yace una corona de hojas puntiagudas y rígidas; la fruta completa suele ser recolectada por los cultivadores expertos como cualquiera de las otras frutas de temporada.
Lugar donde nace la piña
La preparación de las tierras para el nacimiento de las piñas, no es un trabajo que pueda lograrse de la noche a la mañana, pues igual que otras frutas de temporada, requiere de un lugar previamente acondicionado para dar paso a un cultivo próspero y, por consiguiente, a una cosecha numerosa y de calidad.
Como ya es bien sabido, esta fruta tropical pertenece de forma autóctona a lugares extendidos por América del Sur, no obstante, la intención de tener réplicas semejantes en otros continentes, hizo posible el estudio, selección y preparación de suelos de calidad para su cultivo. Por si fuera poco, la planta nace muy cerca del suelo, así que, los cultivadores se enfrentan a un arduo trabajo para su mantenimiento y manipulación dada a la rigidez de sus hojas puntiagudas y espinosas.
El lugar escogido para los cultivos de piña debe contar con un suelo apropiado, temperaturas óptimas y un sistema de riego que favorezca el crecimiento del fruto final, y en España, uno de los lugares predilectos para el nacimiento de la piña es Canarias, y es que, el clima subtropical es idóneo para disfrutar de cosechas favorables que permiten la comercialización de esta fruta hacia el resto del territorio.
Proceso de cultivo
La piña es una de las frutas que necesita dedicación durante su proceso de cultivo, el cual inicia con la selección de un suelo con condiciones óptimas para su desarrollo, de lo contrario, el cultivo no será de provecho.
El suelo seleccionado debe tener un rango de pH entre 4,5 – 5,5; además, los cultivos de piña no son capaces de prosperar en suelos inundados o que estén expuestos a heladas, pues al ser una fruta tropical, es imprescindible que la temperatura óptima sea de aproximadamente 24,5 °C con una humedad relativa cercana al 85%. Una vez escogido el terreno que cumpla con las condiciones agrológicas pertinentes, se procede a la siembra, en este caso, no se requiere de maquinaria pesada para preparar el suelo, con poca labranza manual es suficiente.
Como parte de la preparación del suelo, la mayoría de los cultivadores potencian su calidad incorporando residuos de origen vegetal que son sometidos a la descomposición vigilada con la finalidad de evitar que sean el canal para que algunos parásitos colonicen la plantación. Este sistema garantiza una cantidad de materia orgánica adecuada que será de provecho para el crecimiento de las futuras piñas; también es necesario implementar un plan de fertilización que, por lo general, es controlado por expertos en la materia.
Proceso de cosecha y postcosecha
La piña puede ser sembrada en el suelo haciendo uso de su corona o de los retoños frescos y libres de parásitos a fin de evitar la contaminación del cultivo. Luego del proceso de siembra, la planta pasa por un estado vegetativo que transcurre entre los primeros 14 a 16 meses; posterior a esta fase, y si las condiciones de cultivo han sido las más idóneas, se presenta el estado reproductivo que se alarga hasta los 31 meses en promedio.
El tiempo de la cosecha de la piña es fundamental para obtener un fruto de calidad, y debe hacerse cuando la fruta alcance la madurez adecuada. Algunos cultivadores toman como guía el color de la fruta en un rango de 0-4 para referirse a su madurez, siendo “0” el que denota un tono verde y “4” el rango asociado al color amarillo que indica total madurez.
Ahora bien, el éxito de la postcosecha de la piña dependerá del método de conservación. Si se mantiene a temperatura ambiente para ser consumida fresca, puede resistir de 2-4 semanas; si se resguarda bajo cadena de frío, su vida media se extiende de 4-6 semanas aproximadamente. Es necesario entender que una postcosecha adecuada garantiza la conservación de sus propiedades, incluyendo las calorías de la fruta.
Propiedades de la piña
La piña, como recurso natural cuenta con propiedades destacadas que contribuyen al beneficio de nuestro organismo. No es para menos, con el paso del tiempo las evidencias demuestran que es una fuente de vitaminas, minerales y otros elementos de provecho.
Las principales propiedades de esta fruta exótica se centran en su valor nutricional, y es que, en su composición se estima que existe un 85% de agua y un bajo contenido calórico. Por si fuera poco, favorece la sensación de saciedad gracias a la cantidad de fibra insoluble, disminuyendo el apetito; estas cualidades la convierten en el complemento perfecto para un perfil de alimentación balanceado o en regímenes de pérdida o control de peso.
Es una rica fuente multivitamínica donde impera la Vitamina C, y otras en menores cantidades pero de igual importancia como la Vitamina B1, Vitamina A y ácido fólico, elementos que cumplen una función antioxidante y que potencian la respuesta del sistema inmunológico. La piña es reconocida por su propiedad diurética gracias a la presencia de potasio en su composición natural, por tanto, se ha convertido en un gran coadyuvante en tratamientos depurativos de origen natural, contribuyendo con la eliminación de líquidos y ciertas toxinas que restan virtudes metabólicas.
Propiedad antioxidante y autoinmunitaria
La piña es una de las frutas más respetadas no solo por su sabor y exquisito aroma, además, ha sido considerada desde la antigüedad como uno de los mejores recursos que puede ofrecer la naturaleza.
No es para menos, su carga de vitaminas, minerales y otra cantidad de nutrientes le otorgan una excelente propiedad antioxidante que ha sido ampliamente documentada por la ciencia moderna. El mérito de esta propiedad está ligado a la abundancia de Vitamina C en su composición natural; este compuesto de carácter hidrosoluble protege a las células del organismo contra el estrés oxidativo que genera la presencia de los radicales libres que interactúan sobre las membranas celulares modificando su estructura y alterando sus capacidades funcionales lo que conlleva a la aparición de ciertas enfermedades; además, la vitamina C de la piña también contribuye a la producción de colágeno, que es indispensable para mantener la elasticidad de la piel, mecanismo que se traduce en un potente efecto antienvejecimiento
La carga de vitaminas y minerales de la piña no se limita a la propiedad antioxidante, estos elementos influyen de forma favorable en la respuesta inmunitaria potenciando su acción y ofreciendo inmunoprotección contra virus, bacterias y demás enfermedades. Todos estos atributos catalogan a la piña como una fruta prodigiosa que debe formar parte de toda rutina de alimentación sana y saludable a fin de impulsar el desempeño metabólico, y lo mejor, es que se logra a través de un producto 100% natural.
Propiedad nutricional
El valor nutricional de la piña es una de sus propiedades de mayor relevancia que le han conferido el título de “superalimento”. Para entender mejor su poder, es preciso destacar que 100 gramos de piña aportan unas 48 calorías que derivan en gran proporción de la cantidad de carbohidratos, estos están presentes en un 11% y corresponden a la fructosa y la sacarosa, azúcares naturales de la fruta que se asimilan de forma muy rápida; además su aporte de proteínas representa el 4% mientras que el de grasas solo es de 2%. Este valor nutricional convierte a la piña en uno de los mejores alimentos para las dietas balanceadas o aquellos planes de alimentación donde se mantenga una supervisión de pérdida de peso. Al igual que los espárragos. Aprende a hacerlos.
La vitamina C que abunda en su composición natural participa de forma activa en la absorción del hierro a nivel gastrointestinal, haciendo que el mineral se desplace con mayor facilidad desde sus depósitos. De igual forma, su contenido de potasio es de gran ayuda, para cumplir con diferentes funciones orgánicas a nivel renal, cardíaco, muscular y neurológico.
Propiedad digestiva
Esta fruta tropical ofrece una gran propiedad digestiva tras su consumo, atributo que deriva de la presencia de la bromelina, una de las enzimas más influyentes de su composición natural y que tiene una actividad enzimática digestiva con efecto proteolítico, es decir, contribuye a la descomposición de proteínas para transformarlas en aminoácidos lo que facilita la digestión en los procesos alimenticios. Por si fuera poco, esta misma enzima tiene una acción antiinflamatoria, por lo tanto, el consumo de piña es de beneficio ante el alivio de diferentes lesiones musculares; también contribuye con la movilización de grasas a nivel de tejidos combatiendo la celulitis.
No solo la bromelina ejerce un efecto digestivo, la piña es rica en fibra insoluble que produce una sensación de saciedad luego de su consumo, además, facilita el tránsito intestinal disminuyendo los síntomas de estreñimiento. Las propiedades depurativas y diuréticas de la piña también se encuentran relacionadas con el buen funcionamiento del sistema digestivo, y es que, la cantidad de potasio que contiene esta fruta, promueve la eliminación de líquidos y diversas toxinas responsables de la retención de líquido que causa la hinchazón abdominal.
En resumen, la piña es una de las frutas tropicales que ha llegado para cautivar el paladar de los europeos, y no podía ser diferente, el equilibrio entre su exótico aroma, sabor y contundentes propiedades, la conjugan como una de las frutas imprescindibles en la dieta diaria. Además, su comercialización está extendida por todo el territorio, y es muy sencillo adquirirla en supermercados, fruterías o mercados orgánicos; pero para tener éxito con la compra de una piña, deberás tomar en cuenta los siguientes tips:
- Evita escoger una piña de color verde, lo más probable es que no logre madurar de forma adecuada en casa.
- Inclínate por los ejemplares cuya piel tenga una tonalidad amarillo/dorado y que no se vea golpeada o con zonas blandas.
- Verifica que su corona tenga hojas vivaces y de color verde.
- Comprueba que su peso esté en consonancia con su tamaño, de lo contrario, podría ser indicativo de que su mejor tiempo de consumo ha pasado.
- El olor es otro factor clave para escoger una buena piña. Recuerda que esta fruta comienza a madurar en su base que es la zona que se une al tallo de la planta, entonces es allí donde se debe percibir su fragancia. Si no percibes ningún olor, lo más probable es que aún esté verde; si el olor es fermentado, sin duda, su tiempo de cosecha ha pasado; si percibes un olor dulce y suave, es una buena piña.
Ahora que ya conoces la verdad de esta fruta, no pierdas la oportunidad de incluirla en tu plan de alimentación diario para que puedas sacar el máximo provecho de sus bondades. Y si quieres saber cómo conservar los alimentos este artículo te ayudará mucho.
