▷ Descubre Si La Miel Engorda O No | FrutaMare
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La miel es uno de los endulzantes naturales más aclamados que se utilizan para sustituir las diversas presentaciones de azúcar comercial. Sin embargo, algunos se preguntan: ¿La miel engorda? La duda surge al pensar en su delicioso sabor dulce y su capacidad de ser compaginada con diversas preparaciones que, muchas veces, están lejos de ser las más saludables por su contenido calórico.

Lo cierto del caso es que este dilema podría resolverse de forma sencilla si miramos más allá del horizonte de su dulzor y nos concentramos en conocer el contenido de calorías de la miel en comparación con las que ofrece el azúcar procesado, y así, poder determinar de forma definitiva cuál es su verdadero aporte calórico y las repercusiones de su consumo en caso de que se incluya en un régimen de alimentación hipocalórico. 

Pero, dejando a un lado su función de endulzante, es preciso destacar que, durante años, se ha puesto en evidencia el valor nutricional de este recurso natural al igual que se ha hecho con las frutas y verduras. Este análisis ha permitido asomar a la luz de la sociedad diversas propiedades y beneficios que van más allá de su uso culinario y dejando muy claro que, si bien una cucharada de miel basta para endulzar cualquier preparación, sus aportes en contenido de vitaminas y minerales son tan significantes que muchos dejan a un lado el hecho de seguir pensando si de verdad se puede engordar cuando se consume deliberadamente.

Si eres de los que usan la miel como un aliado natural, y a la vez, tratas de tener precaución con tu ingesta calórica del día, la mejor recomendación para este y cualquier producto natural es tener cuidado con las proporciones diarias, esto será la clave del éxito para un consumo saludable.

¿La miel engorda? Mito o verdad

Si te identificas con este dilema, para entender el poder de la miel, es preciso establecer una comparativa razonable entre este producto natural y el azúcar refinado comercial, pues para nadie es un secreto que estos dos productos han protagonizado una contienda sin fin, que se centra en su uso y abuso. 

Cabe mencionar que el azúcar de mesa es sometido a un proceso de refinación donde se elimina la gran mayoría de vitaminas, fibra y minerales para convertirse en un carbohidrato simple que es usado por el organismo como una fuente inmediata de energía, pero sin ningún otro aporte de nutrientes saludables. Por su parte, la miel tiene azúcar, pues en su composición se hace presente la glucosa y la fructosa, dando lugar a la sacarosa. No obstante, en su naturaleza se conservan los nutrientes y minerales propios de su composición.

Otra forma de visualizar esta comparación es a través de los números, pues se ha establecido que 100 gramos de azúcar aportan unas 380 calorías, mientras que el contenido calórico de 100 gramos de miel es muy cercano a las 304 calorías. Por consiguiente, la miel engorda un poco menos que el azúcar, además su índice glicémico es moderado, por lo tanto, no se disparan los niveles de azúcar en sangre controlando la sensación de hambre. 

Ahora sí, apartando su contenido calórico, la miel es buena por su aporte nutricional, entendiendo que un consumo en exceso interfiere con las ganancias calóricas diarias recomendadas para cada caso particular.

La miel engorda

Propiedades de la miel

El valor de la miel es amplio, entre otras propiedades, le confiere el poder de ser antiséptica, metabólica y antioxidante; por consiguiente, un consumo moderado garantiza el máximo provecho de sus atributos originales. Es preciso destacar que las propiedades de la miel de abeja se mantienen intactas siempre y cuando sea un producto 100% natural, alejado de todos los procesos comerciales donde, la mayoría de las veces, su composición química es alterada al ser combinada con otros elementos que le restan valor a su calidad original; por tanto, lo mejor será consumir la miel que se obtiene de forma artesanal.

Propiedad Antiséptica

La miel es uno de los productos naturales más antiguos, incluso nuestros antepasados la incorporaron como remedio natural para combatir diferentes dolencias y su uso se centraba en la aplicación tópica o a través de su consumo directo.

Sirviendo esto de evidencia, la ciencia se ha encargado de dilucidar el valor terapéutico de la miel asociándolo al tipo de planta de la cual procede, sin embargo, esta teoría aún requiere de respaldo en materia de investigación. Lo que sí es cierto es que este producto natural ofrece un gran poder antiséptico o antimicrobiano que se encuentra estrechamente ligado a su consistencia viscosa, conocida como «acción demulcente».

Esta propiedad la convierte en un potente agente tópico, pues al ser aplicado sobre la piel propicia protección y cicatrización de la zona afectada. En este sentido, como antiséptico natural, la miel es buena para tratar diferentes afecciones cutáneas como sequedad, quemaduras o heridas leves. 

Más propiedades de la miel se pueden evidenciar a través de la acción emoliente que se presenta tras su aplicación sobre la piel, por lo que ha sido considerada la aliada idónea de la industria cosmética, tanto así, que cada vez son más los productos que encajan en el mercado actual y gozan de gran credibilidad entre los consumidores.

Los artículos más comunes son los exfoliantes a base de miel, que además de ayudar a deshacerse de la piel muerta, protegen la zona gracias a su acción antimicrobiana y ofrecen restauración celular a partir de su efecto hidratante y cicatrizante. 

Propiedad metabólica

Una de las razones por las cuales muchos optan por consumir miel en vez de azúcar refinado es gracias a su valiosa propiedad metabólica, porque, volviendo al mito de que la miel engorda, es preciso mencionar que una cucharada de miel aporta aproximadamente 46 kilocalorías, mientras que una de azúcar de mesa ofrece unas 93. Claro, se debe ser consciente de que el abuso de las proporciones en el momento del consumo estaría sobrepasando el aporte calórico en comparación con el azúcar comercial.

La propiedad metabólica de la miel se pone de manifiesto por la actividad de uno de sus compuestos químicos denominado isomaltulosa; su proceso de síntesis y absorción es llevado a cabo en el intestino delgado y se caracteriza por ser mucho más lento en comparación con otros azúcares como la maltosa o la sacarosa.

La isomaltulosa tiene un pico moderado de acción sobre los niveles de glicemia e insulina de la sangre, además, este compuesto es capaz de ofrecer la misma energía de la sacarosa, pero, al ser digerido de forma más lenta, la energía que ofrece se libera por tiempo prolongado haciendo que el organismo sienta menos necesidad de hambre, manteniendo así el dominio del consumo calórico y la ansiedad.

Para evitar los perjuicios de la miel y disfrutar de sus propiedades metabólicas, se recomienda consumir un máximo de dos cucharadas al día y estas pueden ser añadidas a preparaciones, pasteles o batidos como al preparar un zumo de naranja con miel, por ejemplo.

Propiedad antioxidante

La propiedad antioxidante de la miel procede, entre otros factores, de la presencia de fenoles, considerados los compuestos antioxidantes de origen natural más importantes y que repercuten favorablemente sobre la función antioxidante de la miel favoreciendo varias actividades orgánicas, y una de las que más destaca es su capacidad cardioprotectora. 

Dentro de esta propiedad se ha determinado que el consumo adecuado de la miel evita que las arterias se estrechen, de lo contrario podrían desencadenarse diferentes patologías asociadas a esta condición. 

Además, la miel permite mantener estables los niveles de lípidos en sangre, controlando el colesterol y el triglicérido y propiciando un buen balance del colesterol de alta densidad (HDL) mejor conocido como «colesterol bueno», sin duda, esta acción pone de manifiesto la protección del sistema cardiovascular al procurar la aparición de enfermedades que se desencadenan por las lipidemias.

Por si fuera poco, al ser la miel un antioxidante natural, tiene un efecto protector sobre la piel garantizada por su función antienvejecimiento. Esto se consigue gracias a que combate los daños causados por los radicales libres, por lo tanto, las células cutáneas se ven favorecidas y gozan de la protección conferida por este mecanismo.

Sin duda, la propiedad antioxidante de la miel es una de las más amplias que intervienen de forma favorable en el equilibrio de las diversas funciones del organismo al mismo tiempo que previene enfermedades graves y fortalece el sistema inmunológico a largo plazo, siempre y cuando su uso sea establecido bajo un consumo adecuado y moderado.

Beneficios de la miel

Tras disfrutar de las propiedades de este famoso endulzante natural, es hora de conocer detalles sobre los beneficios de la miel; y es que al ser un producto 100% orgánico, goza de diversas cualidades que son altamente aprovechadas por el cuerpo humano tras su consumo y que permiten fortalecer un gran número de funciones orgánicas. A pesar de que la lista de sus atributos ha sido discutida, se pueden sintetizar en beneficios nutricionales, medicinales y cosmetológicos, vale recordar que, para garantizar el provecho de sus atributos, se debe consumir una dosis moderada que no exceda las dos cucharadas diarias.

 

Beneficios nutricionales

Los beneficios nutricionales de la miel derivan de la gran cantidad de vitaminas, minerales y otros compuestos de vital importancia para el organismo; y es que, en primera instancia, la miel es uno de los alimentos más antiguos, y los ancestros parecían conocer muy bien sus usos y aplicaciones, pues no escatimaban en utilizarla como recurso en la medicina natural.

Entre las vitaminas que hacen presencia en la miel se encuentran la vitamina E, la B, C y D, además de los minerales de peso para nuestro organismo como lo son el calcio, fósforo, hierro, cobre, zinc, potasio, magnesio y manganeso, otros potentes antioxidantes y fibra natural, esto sin duda, la convierten en uno de los alimentos naturales más completos y desestima la versión de que es un simple endulzante.

Uno de los grandes beneficios que se obtienen del valor nutricional de la miel es tu aporte al sistema digestivo, esto se consigue gracias a la presencia de fibra natural en su composición que actúa contribuye a disipar cualquier inflamación, además de promover la regularización del tránsito intestinal combatiendo el estreñimiento, también, es uno de los ingredientes más usados en los remedios para la resaca, pues permite una recuperación más rápida del malestar digestivo propio de estos casos.

Otro de los grandes beneficios nutricionales se presenta a nivel neuroprotector gracias a los minerales esenciales como el calcio, hierro, fósforo y potasio, que potencian las funciones ejecutadas por el sistema nervioso central y facilitan el intercambio de información entre las neuronas.  

Beneficios medicinales

Los beneficios medicinales de la miel han trascendido de generación a generación y, hoy en día, guardan estrecha relación con su uso a nivel doméstico donde es incorporada para paliar diferentes malestares.

Una de las aplicaciones que surge a raíz de este beneficio es el efecto que produce sobre la tos, incluso, este ha sido motivo de estudios demostrando que, a pesar de que aún queda camino por recorrer en cuanto a evidencias contundentes, la miel es un buen recurso natural para aliviar la tos y calmar la sequedad de la garganta, siempre y cuando se ofrezca a niños mayores de un año. La influencia de la miel en y su efecto para combatir la tos ha sido tan reconocido, que, en la actualidad, se comercializan diferentes productos de venta libre como jarabes, pastillas, té granulado o caramelos.

Por si fuera poco, su propiedad antiséptica y antimicrobiana la han convertido en el recurso natural predilecto y de referencia para ser usado ante los procesos respiratorios, ya sea, gripes o catarros, incluso es uno de los principales ingredientes caseros usado como coadyuvante en el tratamiento para la bronquitis

Otra de sus aplicaciones medicinales se centra en su poder antiinflamatorio que la hace ideal para atenuar un poco la inflamación de ciertas zonas del cuerpo producidas en el sistema muscular, a la vez que contribuye a disminuir los picos de dolor.

A nivel digestivo, también ofrece beneficios al ser un laxante natural de acción sutil que combate el estreñimiento y regula el tránsito intestinal, sin embargo, al igual que con las frutas que engordan, su consumo debe ser moderado para no caer en el abuso y garantizar la completa acción de sus beneficios medicinales.

Beneficios cosmetológicos

La medicina moderna ha sabido aprovechar los beneficios de la miel, tanto es así, que en la industria cosmética se ha posicionado con robustez como ingrediente principal de una amplia línea de productos que favorecen la salud integral.

Así pues, gracias a la presencia de minerales, vitaminas y diversas enzimas naturales, la miel es un excelente ingrediente para el cuidado de la piel, por tanto, ha sido incorporada en mascarillas de venta comercial que garantizan la absorción de sus componentes a fin de conseguir una piel sana y saludable, sobre todo de aquellas que se consideran pieles con tendencia grasa.

Los tratamientos cosmetológicos destinados a combatir el acné, también cuentan con la presencia de la miel, por supuesto, la razón se deriva de su acción antimicrobiana, antiinflamatoria, exfoliante y antioxidante que regenera los daños que deja este padecimiento. Este mismo poder antioxidante permite su uso en cremas faciales y para el cuerpo, ideales para contrarrestar las señales del envejecimiento. 

Un cabello saludable también es posible con el uso de la miel y la industria moderna lo sabe, tanto es así, que se puede encontrar una amplia línea de productos capilares a base de miel que garantizan el cuidado y restauración gracias a la presencia de minerales y vitaminas, así como a su acción antioxidante y astringente que estimula la producción de queratina y aporta nutrición dando como resultado un cabello más largo, fuerte y saludable obtenido de forma natural sin la necesidad de aplicar productos químicos abrasivos que resultan costosos.

No cabe la menor duda de que la miel es uno de los recursos naturales más completos con infinidad de aplicaciones que favorecen nuestra salud, y que van más allá de su aporte calórico, el cual se puede controlar fácilmente teniendo precaución con su consumo diario. Por lo tanto, la miel engorda si no controlas su consumo.

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